Soy María Arratíbel Aramburo. Nací el uno de septiembre de 1970 en Pamplona y cuando era pequeña no sabía que existía el oboe.
Mis padres, que se habían concido cantando en la Coral de Cámara de Pamplona, me apuntaron a la escuela municipal de música de Burlada, que es donde vivíamos entonces, pero su intento de incorporarme al mundo de la música no tuvo éxito. No aguanté mucho tiempo en una clase en la que estábamos mezclados alumnos de diferentes niveles y en la que se hacían lecturas y dictados que me superaban. Pasé un tiempo preparando las lecciones en casa con mucha paciencia para llevarlas de memoria, ya que no era capaz de leerlas con normalidad. Aquello no duró mucho.
Unos cuantos años después llegaría el momento de decidir qué estudiaría tras superar la selectividad. Yo quería ser periodista y solamente me inscribí en esta carrera...en la que no me admitieron. Pasé un año estudiando inglés con una septuagenaria y entrañable teacher por aquello de aprovechar los meses y finalmente me decidí a estudiar una F.P. de imagen y sonido, concretamente de realización televisiva. Casi casi lo mejor de estos estudios es que me tuvieron tres cursos viviendo en San Sebastián, ciudad preciosa donde las haya y en la que, gracias a mis queridos tíos Adita y Marco -violinista y fagotista, respectivamente, de la Orquesta de Euskadi- descubrí la música clásica.
¡¡La música clásica!! Qué maravilla era acudir a todos los conciertos de la orquesta con las invitaciones que me regalaban mis tíos y descubrir, concierto tras concierto, tantas maravillas. Por aquel entonces me aficioné a escuchar Radio 2 (hoy Radio Clásica) y una noche, en uno de mis programas favoritos, que se llamaba Conversación Galante y era presentado por José Carlos Cabello, escuché atónita y fascinada toda una hora de música antigua dedicada al oboe...que resultó ser el instrumento con el sonido más bello, penetrante y emocionante de cuantos hasta entonces había podido escuchar. El oboe me gustó tanto que empecé a fantasear con aquello de: "¿y si alguna vez lo tocara? ¿Qué se sentirá tocando el oboe, sacando de los pulmones y la garganta tamaña belleza?"
Pasaron unos años hasta que empecé, con 26 años y un Buffet de iniciación que un muy buen amigo mío me había regalado, a estudiar oboe en la misma Escuela en la que hoy trabajo. En esta primera etapa en la Escuela Pello Ruiz fue mi primer profesor. Posteriormente todos mis años de conservatorio he sido alumna de Juan Mari Ruiz. Pello es ahora el profesor de oboe del Conservatorio Profesional y Juan Mari imparte clases en el Superior.
Desde el inicio de mis estudios de música hasta que los terminé en junio de 2007 compaginé esta actividad con un trabajo administrativo. Fueron años muy cansados pero preciosos. Suelo decir que, al descubrir la música, me picó algún bicho y enfermé de amor a la música o algo así. ¡No podía parar! En esos años trabajaba, estudiaba -con un desaforado entusiasmo por todas las asignaturas: análisis, historia, composición, armonía...todo me fascinaba-, tocaba aquí y allí, acudía a algún que otro cursillo o masterclass, canté en un coro, me gastaba parte de la extra para ir a conciertos en distintos festivales y los ahorros en acudir a cursos de análisis -me encantaba esta disciplina- en Alcalá, Granada...sólo quería tocar y aprender cuanto más mejor con el único objetivo de disfrutar pero, cuando me faltaba un mes para hacer mi concierto fin de carrera, convocaron la oposición de la Escuela de música donde había empezado a estudiar. Aprobé y mi vida dio un giro radical que jamás hubiera imaginado. ¡Soy profesora de oboe!
Hola buenas, soy oboísta y desde hace mucho tiempo estoy pensando en que me encantaría tocar la dolçaina, pero los profesores siempre me han dicho un NO rotundo ya que me cargaría el sonido mio del oboe. De verdad que cambiaría tanto? Que explicación tiene?
ResponderEliminarGraciaaas.
¡Hola! Sinceramente creo que no puedo ayudarte porque nunca he tocado la dolçaina, pero si tus profesores te dan ese consejo será por algo. Ya sabes que el sonido del oboe es muy delicado de trabajar, hay unos matices de posición y presión que el cerebro tiene que ir memorizando para conseguir que sea óptimo y afinado. Tal vez un cambio drástico de embocadura y técnica podrían perjudicarlo. Fíate de tus profesores. Y gracias por tu comentario!!
ResponderEliminarHola María, buenas tardes. Trato de contactarte para una consulta. Podrías atenderme? Gracias y quedo atenta
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