lunes, 2 de junio de 2014

Estudiar...¿¿en verano??



Muy queridos oboístas:

Ya vamos cerrando el curso, se acerca el largo verano...¡¡y no podéis dejar de tocar tanto tiempo!!

Sabéis que sois unos priviliegiados, que hay mucha gente por ahí suelta que siempre ha soñado con tocar el oboe pero no lo toca, y vosotros sí. Solamente esto debería daros ganas de tocar sin parar. Pero también es verdad que hay no poca gente suelta por ahí que cree que uno puede llegar a tocar un instrumento abriendo el estuche de vez en cuando para mirarlo y sin sudar nada. Hay gente para todo, en fin.

A vosotros no hay ya quien os engañe, y tenéis muy claro que no podéis dejar de practicar. Os lo he dicho muchas veces: esto es como un deporte. Hay una serie de músculos muy concretos que utilizamos para tocar, y si dejamos de practicar nos pasará, por ejemplo, aquello de que al cabo de una canción y media (¡¡glups!! Se me ha escapado lo de decir "canción" en lugar de "pieza") la embocadura se deshará irremediablemente, empezando por pequeños escapes de aire en los lados y terminando por sacar los labios en plan potro vibrante. 

Por otra parte, nuestro diafragma estará más preparado para hacer de hamaca del aire que para proyectarlo y aquel sonido que habíamos conseguido producir allá por mayo habrá desaparecido dejando lugar a algo parecido al graznido de una urraca. Bueno, si hemos dejado de tocar mucho mucho tiempo podemos incluso llegar a no tener fuerzas para sostener el oboe más de diez minutos sin sentir un punzante dolor en el antebrazo.

Quien ha conocido ya siquiera remotamente alguna de las sensaciones descritas con anterioridad sabe que, por si fuera poco, al adivinar que tal vez hemos podido perder la forma e imaginando el tedioso trabajo de recuperación que tenemos ante nosotros suele invadirle a uno una tremenda y casi insuperable pereza que impide acercarse siquiera al instrumento y que se alimenta a sí misma conforme pasan las semanas sin haber tocado. Si a todo ello le sumamos un agosto caluroso que promete una buena sudada frente al atril el resultado será que la vuelta al cole nos pillará en un lamentable estado oboístico que equivaldrá a nuestro estilo de un par de años atrás.

¿¿¿Verdad que no queréis que os suceda todo esto???

Ahora vamos a analizar la foto de los sonrientes bañistas que tenéis un poco más arriba. ¿Reconocéis al oboísta? Es el que tiene el mismo color que el del teflón que ponemos en las cañas. Bueno, vale, para terminar el verano tan blancos como el oboísta de la foto tendríais que hacer cañas, y la mayoría de vosotros todavía no está en ello. Y es que cuando un oboísta tiene que fabricarse sus propias cañas una buena parte del tiempo que otros instrumentistas pasan tocando lo pasa raspa que te raspa, y entre soplidos y virutas se pasan las horas volando...
A ver, no os asustéis, no pretendo que acabéis el verano tocando el concierto de Strauss en vuestro tercer año de oboístas pero sí me gustaría que no olvidarais en estos lo que habéis aprendido con tanto esfuerzo durante el curso que ahora acaba.
Por si no os ha quedado claro el mensaje en las últimas clases que hemos tenido os lo repito aquí. Ya sabéis, son sólo dos ideas:

Idea número uno:

¡¡¡NO DEJES DE TOCAR!!!

Idea número dos:

¡¡¡NO TOQUES DE CUALQUIER MANERA!!!

 Respecto a la primera idea ya sabéis que no pretendo que pringuéis el oboe de aftersun con arena ni que amenicéis las vacaciones a los del apartamento de al lado. Sí os recomiendo que, cuando no estéis de "veraneo", fijéis unos días y unas horas concretas para tocar. Mejor por la mañana para evitar las horas de más calor y para que luego os vayáis a la piscina con la tarea hecha.
No os he marcado un montón de lecciones nuevas para estudiar en verano porque ya estoy hecha una blanda. Con tal de que toquéis, me da igual que paséis el verano repasando una y otra vez aquella canción que os gustó tanto.

La segunda idea se puede a su vez desglosar en varias "subideas":

1º Cuando toquéis prestad atención a cómo lo hacéis. Me refiero a la embocadura, la respiración, la emisión...todo lo que habéis aprendido este curso en cuanto a técnica.
2º Si montarais alguna pieza nueva recordad cuál es la mejor manera de trabajarla para optimizar el tiempo de estudio. De eso os hablé en un artículo anterior al que podéis acceder pinchando aquí.
3º Tocad con la misma rutina que hemos seguido durante el curso en las clases y en casa: empezando por trabajar la técnica. Comenzad con unos ejercicios de emisión con caña y seguid con algún ejercicio de sonido de los libros que tenéis o de los que os escribí en el cuaderno a lo largo del curso.

Un apunte final sobre las cañas en verano: con el calor (y el poco uso, ejem), se suelen abrir mucho. Para cerrarlas y después de haberlas mojado entre cinco y diez minutos podéis apretar la punta con los dedos durante un rato y, si esto no fuera suficiente, utilizad la caja de las cañas para cerrarla. Eso sí, apoyadlas solamente en el borde de la caja, no vaya a ser que las machaquéis.

Y bueno...¡¡¡disfrutad del verano!!!




 



No hay comentarios:

Publicar un comentario